A un costado del
cerro Mamalluca, alejado a unos 3 kilómetros del observatorio que atrae a miles
de turistas cada año, una cabra deambula entre las demás buscando lo mismo que
todas, un poco de agua y alimento; es el reflejo de la gran crisis hídrica que
se vive en la región de Coquimbo, donde las lluvias han sido prácticamente
nulas en todo lo que va del 2019, poniendo en jaque a pequeños crianceros y
agricultores.
Muertes de
caprinos, falta de leche para los animales recién nacidos y ante ello una
crisis económica en el rubro ganadero, es el reflejo de un año totalmente seco,
el cual hizo declarar a la región de Coquimbo como Zona de Catástrofe por el
Ministerio del Interior y Zona de Escasez Hídrica por el Ministerio de Obras
Públicas.
La familia Rojas
que vive en una majada que colinda con el cerro Mamalluca, es una de las miles
de afectadas y relataron a través de Eliana, hermana del criancero Ricardo
Rojas, lo que están viviendo. “Estoy muy preocupada por lo que está pasando, al
ver las cabras que están mal pariendo, que no tienen pasto ni forraje como
alimentarse y es poca el agua y por ello no sabemos que hacer, además es poco
el dinero para poder comprar pasto y para ir a la cordillera ni siquiera hay
pasto y está muy lejos y por la edad uno ya no puede”.
Ante la
declaración de Zona de Catástrofe y Emergencia se espera desplegar recursos por
un total de 1721 millones para las miles de personas que desarrollan estas
labores a nivel regional. Montos que a pesar de parecer grandes números, al repartirlos
en toda la región significan un poco más de 100 mil pesos para cada criancero y
agricultor.
Ramón Paz es
otro criancero de Vicuña, quien ha pesar de tener 74 años, muchas veces ha
tenido que dejar de comer para poder comprar pasto para sus animales. “toda la
vida ha sido con mis animales, y ahora para el eclipse tuve que comprar pasto
para tenerlas aquí y lo peor es que yo no puedo trabajar con ellas, no puedo
sacarle leche ya se me han muerto 7 cabras grandes y las chicas ya ni sabemos
cuantas han sido y lo peor es que las grandes que se mueren son las que
producen y si no hay producción no hay dinero y por eso necesitamos ayuda,
porque si no tenemos para el bolsillo con qué las alimentamos”
En comparación
con el año 2017, en Vicuña ha caído un 98% menos de precipitaciones, lo que ha
sido gatillante de la crisis, es por ello que desde el municipio en un convenio
con INDAP se desarrolla el programa Prodesal Padis, que va en ayuda de
crianceros y agricultores.
Natalia
Aranibar, es una de las profesionales de este convenio, quien ha recorrido la
comuna de Vicuña viendo in situ la crisis hídrica. “Este año ha sido muy
complejo, en este fecha los animales comienzan a parir y están mal pariendo al
no tener alimentos, corporalmente están muy delgadas, no hay alimentos ni agua
y eso perjudica a los usuarios que viven de esto, ya que ellos a través de la
producción hacen sus quesos venden los cabritos y ya para el 18 no lo van a
poder hacer y tampoco hay producción de queso, por eso como programa estamos
yendo a terreno y levantando la información”.
El alcalde
Rafael Vera realizó un recorrido por diversos sectores de la comuna para
mostrar el problema, por el cual se ha comunicado con autoridades regionales
para gestionar la ayuda. “Ellos no piden que les regalen todo, pero hoy
necesitan ayuda, el pasto es una necesidad fundamental para que ellos puedan
avanzar y la realidad probablemente que vimos hoy es la que pasa en toda
nuestra comuna, porque nosotros hemos visto otros crianceros y es lo mismo, por
ello le pedimos a nuestras autoridades que nos ayuden, hemos estado haciendo
gestionen con autoridades y nos dicen que en 30 días más podría llegar algo de
ayuda, esperemos que no solo sea algo y que llegue pronto, porque la emergencia
es ahora”.
Así como la
historia de la familia Rojas y Paz, existen decenas a nivel comunal y
centenares a nivel de la región, por lo cual urge una ayuda pronta de parte del
Gobierno Regional y Central, ante una sequía que los afecta a todos.